El Pleno de Torrelavega ha aprobado, tras un intenso debate de casi una hora de duración y con los votos del equipo de gobierno PSOE-PRC y Torrelavega Sí y la abstención del PP, la recepción del estadio de El Malecón tras seis años de negociaciones entre el Ayuntamiento y el Gobierno regional.
Los grupos Torrelavega Puede y ACPT han rechazado la recepción al considerar insuficientes los 50.000 euros que el Consejería de Deportes entregará al Ayuntamiento para que el Consistorio ejecute los trabajos que permitan subsanar las últimas deficiencias que aún presenta la obra, que fue terminada e inaugurada en 2012.
El concejal de Deportes, Jesús Sánchez (PRC), ha destacado que la recepción "pone fin a una larga historia" y abre una nueva etapa para mejorar las instalaciones, una vez que el estadio pasará a propiedad del Ayuntamiento, dando al asunto "el final más rápido posible" tras seis años de espera y negociaciones. Y en la misma línea el socialista José Otto Oyarbide ha defendido la aceptación de la cesión como forma de "dar salida" al asunto de la titularidad de las instalaciones, lo que permitirá solventar todas las deficiencias y superar "una situación alegal" de la instalación.
Enrique Gómez Zamanillo (PP) ha denunciado que la mayoría de los defectos de la obra proceden de la falta de mantenimiento por parte del Gobierno regional, pero se ha mostrado contrario a dilatar la recepción del estadio porque no traería "ningún beneficio" ni para la ciudad ni para el Ayuntamiento.
Blanca Rosa Gómez Morante (Torrelavega Sí) ha calificado como escasa las aportación económica regional y ha pedido que el Ayuntamiento recupere la iniciativa en la gestión de estas instalaciones de cara al futuro.
Y Alejandro Pérez (ACPT) ha justificado el voto en contra de su formación porque las deficiencias detectadas en las instalaciones no se han solventado y porque el Ayuntamiento no exige la terminación de las obras con carácter previo a la cesión al Ayuntamiento, con lo cual es "irresponsable" votar a favor del asunto. A su juicio, aceptar la cesión sería "un acto de sumisión" al Gobierno regional y asumir con las arcas municipales "los errores que debe pagar la Consejería".
