jueves. 21.11.2024

 

La consejera de Educación, Formación Profesional y Turismo, Marina Lombó, ha garantizado que Cantabria estará preparada para afrontar de forma “segura” el regreso parcial a las aulas de alumnos, docentes y Personal de Administración, que se producirá, según ha establecido el Gobierno de España, cuando Cantabria entre la Fase II de la ‘desescalada’, el 25 de mayo en el escenario más optimista.

Así lo ha asegurado la consejera de Educación en la Comisión de Seguimiento del COVID-19 celebrada en el Parlamento de Cantabria, en la que ha afirmado que este regreso constituye un desafío en la gestión “muy grande” y necesitará, en “primer lugar y de forma irrenunciable, de instrucciones claras en materia sanitaria”, ha añadido.

El ‘Plan para la transición hacia una nueva normalidad’ elaborado por el Ministerio de Sanidad y anunciado por Sánchez el pasado martes, día 28, prevé que en ese momento regresarían a las aulas los alumnos de hasta seis años de familias que acrediten que los progenitores tienen que realizar trabajo presencial y, de forma voluntaria, para alumnos de los cursos terminales, como segundo de Bachillerato, cuarto de la ESO y los segundos cursos de los grados de FP. Se contempla también la apertura de los centros de Educación Especial.

Esta vuelta parcial a las aulas supondría la apertura en la Comunidad Autónoma de la totalidad de los centros educativos de régimen general de Cantabria, a excepción solamente de los 5 centros en los que se imparte exclusivamente Educación Primaria, lo que supone la apertura de 304 centros educativos de los 309 existentes.

La consejera de Educación ha señalado que, desde la tarde del martes, “conocemos lo que conocen todos los españoles, nada más, el plan de desescalada que prevé una vuelta parcial a las aulas a partir de la fase 2”. Según ha explicado, desde su departamento se ha trasladado al Ministerio de Educación la necesidad de que remita el protocolo lo antes posible porque las implicaciones de esa vuelta parcial a las aulas “son enormes a todos los niveles” y supondrán la práctica apertura de todos los centros educativos en régimen general.

Ha reconocido que Cantabria se estaba preparando, como la mayoría de las comunidades autónomas, para la posible reincorporación de los alumnos que tienen que examinarse de la EBAU y de los cursos finales de etapa, pero no para la vuelta de los de Infantil.

Desde la Consejería de Educación ya se trabaja, con el protocolo del Ministerio de Educación, en analizar las necesidades y las vías para, llegado el caso, los alumnos que vuelvan a las aulas lo hagan de “manera segura, y que esa vuelta sea igualmente segura para docentes y personal de administración y servicios”.

En este sentido, ha avanzado que en Cantabria ya se ha constituido y está funcionando, un comité técnico que analizará cómo adecuar los centros educativos a los requerimientos que las autoridades sanitarias establezcan para la vuelta a las clases, un protocolo en el que está trabajando ahora el Ministerio de Sanidad y que se esperar se remita a las comunidades “lo antes posible”. Este Comité es el órgano encargado de diseñar la adaptación a nuestros centros educativos de todas las medidas de protección y seguridad que sean necesarias para garantizar una vuelta segura a las aulas y coordinar su implantación.

Con carácter voluntario, este regreso también contempla incluir a los alumnos de cursos terminales, es decir, segundo de bachillerato, 4º de la ESO, segundos cursos de Formación Profesional de Grado Medio y Superior y último año de las Enseñanzas de Régimen Especial. La consejera ha asegurado, que según establece el documento, se comenzará con la división de los grupos de más de 15 estudiantes, al 50% para asistencia alterna o en semigrupos paralelos, lo que también permitirá la apertura de centros de Educación Especial, con presencia voluntaria.

“No dejar a nadie atrás”

En relación a la actuación desarrollada por su departamento desde la suspensión de la docencia presencial, ha afirmado que se ha basado en tres principios: “Que ningún estudiante se vea perjudicado por esta crisis sanitaria, no generar más tensión en las familias y no dejar a nadie atrás”.

“Soy muy consciente de que hay 94.000 alumnos y familias preocupados, además de por muchas otras razones, también por el curso académico. Una preocupación que es mayor, lógicamente, en los estudiantes que han de titularse este año”, ha enfatizado.  Por lo que se refiere a los programas de refuerzo en verano, Lombó ha explicado que se trabaja en este escenario, y que sería, en todo caso, un programa “educativo y voluntario”.

La consejera ha subrayado que la tramitación administrativa de las medidas adoptadas hasta el momento se ha realizado con “la mayor agilidad posible”, considerando también que muchas normas o directrices autonómicas necesitan previamente de la publicación de normativa estatal básica de obligado cumplimiento.

Lombó ha hecho un repaso de las medidas adoptadas por su departamento, desde el cierre de los centros educativos decretado, el jueves 12 de marzo y efectivo el lunes 16 de marzo, y ha recordado que, la EBAU, se celebrará el 8,9 y 10 de julio en convocatoria ordinaria y el 8,9 y 10 de septiembre en la extraordinaria y que están convocados a realizarla más de 4.000 alumnos. Con respecto a esta prueba ha asegurado que realizará un esfuerzo por territorializarla, y “al menos se llevará a cabo en la zona oriental, occidental y en Santander para evitar acumulaciones, aunque ello suponga un incremento de docentes”.  

Por lo que respecta a la Formación Profesional ha dicho que se está a la espera de las instrucciones del Estado, si bien se contempla integrar en la formación la sustitución de las prácticas por un proyecto o en el caso de la dual, la opción de pasar a otra modalidad y efectuar las prácticas pasado el estado de alarma.

En lo que se refiere a la brecha digital ha asegurado que se han llevado a cabo diversas actuaciones, comenzando por los 40 alumnos de la EBAU que carecían de equipos y medios. La Consejería ha adquirido 490 routers, 300 ordenadores portátiles, equipos a los que se suman las 75 tablets cedidas por la Fundación ProFuturo. Con estos medios, más los equipos de los que disponían los centros, la intención es cubrir todas las necesidades de conexión de los alumnos de Bachillerato, ESO, FP y 6º de Primaria, que carezcan de ellos.

Lombó ha reconocido que ha sido un “camino complicado” que, sin embargo, ha ido allanando la colaboración de toda la comunidad educativa como son el Consejo Escolar, organizaciones de familias, organizaciones de estudiantes, representantes sindicales, inspectores de la Consejería, asesores técnicos y de formación, así como con los comités de directores de Educación Infantil y Primaria, Secundaria y Educación Concertada.

El final de curso se ha acomodado a esta nueva realidad, y se están flexibilizando los currículos y las evaluaciones, además, la repetición será un instrumento “aún más excepcional de lo que ya en la actualidad”, ha recordado.

 

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