La población de osos cantábricos sigue evolucionando de manera positiva en los últimos años. Es la conclusión a la que llegan los responsables de la conservación de la biodiversidad de las comunidades autónomas de Cantabria, Castilla y León, Asturias y Galicia, tras dar a conocer el censo de osas con crías en la Cordillera Cantábrica en el año 2018, del que se desprende la existencia de un total de 38 hembras y 64 crías, lo que supone una media de 1,68 crías por unidad familiar.
Unas cifras que invitan al optimismo en cuanto a la conservación de la especie y la esperanza de que en pocos años esta especie emblemática de la Cordillera Cantábrica pueda ser considerada como en fuera de peligro de extinción, tal y como han coincidido en destacar el director general de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climática del Gobierno de Cantabria, Antonio Lucio; el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y Léon, José Ángel Arranz, y la jefa de servicio de Espacios y Especies Protegidas del Principado de Asturias, Teresa Corominas.
De las 38 hembras censadas, 31 se encuentran en la subpoblación occidental, de tal manera que 22, con 38 crías, pertenecen a la zona occidental de Asturias, y 9, con 14 crías, al oeste de León. Los 7 restantes, que tienen a su cargo 14 crías, se hallan en el núcleo oriental, repartidas entre Palencia (4), León (2) y Cantabria (1). En el caso de Cantabria la población de osos pardos se consolida en sus lugares habituales como Liébana, Alto Nansa o Alto Campoo, aunque cada vez más se registran fuera de esos lugares habituales, lo que indica el buen estado de salud de la especie.
Tal y como han avanzado los responsables de las comunidades autónomas que participan en el control de la población silvestre de oso pardo en la Cordillera Cantábrica, en 2019 se han avistado dos ejemplares de segundo año en los concejos de Grandas de Salime (Asturias) y Negueira de Muñiz (Galicia). Un hecho que apunta a una expansión de la especie hacia el noroocidente, teniendo en cuenta los capítulos de observación de los últimos años de alguna osa con cría en la zona, así como los daños que se han verificado por las guarderías correspondientes.
El director general de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático, Antonio Lucio, ha destacado la consolidación de la estabilidad de la población de osos en la Cordillera Cantábrica tras la tendencia al alza de los últimos años en los que la coordinación entre las cuatro comunidades autónomas ha sido “magnífica” a la hora de intercambiar los datos que recopilan los técnicos de las distintas guarderías.
Se ha logrado así superar el momento “crítico” que experimentó la especie en la década de los años noventa, apareciendo un nuevo escenario de gestión de esta especie en la Cordillera Cantábrica ante la convivencia cada vez más estrecha entre el ser humano y los osos pardos y el incremento que ha experimentado la especie en cuanto a número de ejemplares.