Cantabria y el Principado de Mónaco han reforzado sus lazos institucionales con la firma de un acuerdo que, además, impulsará el conocimiento y el valor de arte paleolítico de la Comunidad Autónoma, siguiendo la apuesta que comenzó a principios del siglo XX, Alberto I de Mónaco, como promotor de la investigación de las cuevas prehistóricas de Cantabria.
En el marco de este acuerdo, la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, y el príncipe Alberto II de Mónaco han inaugurado la exposición ‘Alberto I, príncipe de la prehistoria’, en el Centro de Arte Rupestre de Cantabria, que también lleva el nombre del tatarabuelo del monarca.
Una muestra que “revela las inquietudes científicas e intelectuales” del antepasado del monarca, como promotor de la investigación de las cuevas de Cantabria en las primeras décadas del siglo XX, según ha señalado la presidenta.
Un “pionero de la prehistoria” que Buruaga ha reconocido como “impulsor de los hallazgos más relevantes del patrimonio prehistórico cántabro”, financiando las excavaciones en la cueva de El Castillo, La Pasiega, la del Valle y Hornos de Peña, entre otras, y las investigaciones y publicaciones derivadas de esos trabajos.
La presidenta ha asegurado que “gracias a su patrocinio el mundo conoce hoy el enorme valor de nuestro arte rupestre”, con 10 cuevas declaradas Patrimonio de la Humanidad, entre ellas Altamira, y dos caminos de peregrinación.
Alberto II ha coincidido con Buruaga a la hora de destacar la trascendencia de estos trabajos, que ha considerado “esenciales para la compresión de los primeros humanos y de los primeros gestos artísticos”.
“Una riqueza patrimonial única de Cantabria” que la presidenta ha reivindicado también como “fortaleza”, “motor y palanca de desarrollo económico y social” y “uno de los ejes de la nueva economía” y de la “apuesta del Ejecutivo por un modelo turístico vinculado a la cultura y al conocimiento”. “Somos un territorio rupestre de primera magnitud” ha asegurado Buruaga.
Además, el príncipe de Mónaco ha asegurado que para su familia es un “gran honor y orgullo” que el Centro de Arte Rupestre lleve el nombre de su antepasado.
Acompañados de la embajadora de Mónaco en España, Catherine Fautrier-Rousseau; la presidenta del Parlamento de Cantabria, María José González Revuelta; el alcalde de Puente Viesgo, Óscar Villegas; y del director del Museo Arqueológico de Cantabria, Roberto Ontañón, que ha guiado la visita por la muestra, Buruaga y Alberto II han recorrido esta exposición, que recoge impresiones y testimonios de las visitas de campo de Alberto I a las cuevas de Covalanas, Altamira, El Castillo y La Pasiega en 1909 y en 1914, junto a reproducciones de la correspondencia entre el príncipe y el prehistoriador Henri Breuil y el rey Alfonso XIII, ente otros documentos.
Además, la comitiva ha recorrido los 500 metros cuadrados de la exposición permanente ‘Cantabria en el origen del arte’ que responde a los grandes interrogantes sobre el arte rupestre, además de ofrecer información acerca de las cuevas cántabras y exponer cuestiones relacionadas con la investigación y la conservación del patrimonio arqueológico.
Al término de la visita, la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, y la directora del Museo de Antropología Prehistórica del Principado han firmado el acuerdo, que es un documento de partida para desarrollar actuaciones y proyectos conjuntos orientados a aumentar los intercambios culturales, científicos, pedagógicos y técnicos.
“Compartimos los colores de nuestras banderas y una historia común que ahora se reescribe”, ha afirmado la embajadora del Principado en España.
El acto se ha cerrado con la firma de Alberto II en el libro de honor del centro, dejando constancia de su tercera visita a Cantabria, y que se suma a la rúbrica que Alberto I dejo durante su visita a Puente Viesgo hace más de un siglo y se conserva en el Centro de Arte Rupestre de Cantabria.