Las mujeres víctimas de violencia de género tardan una media de 8 años y 8 meses en expresar la situación de maltrato que padecen. Un periodo que se extiende hasta los 20 años en el caso de víctimas que viven en entornos rurales y hasta los 40 años cuando la víctima es mayor de 65 años.
El vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, ha presentado la campaña con motivo dl 25N que, precisamente, lanza “el mensaje claro a las víctimas de que no están solas” y recordarlas que “estamos aquí para acompañarlas y ayudarlas a cambiar su vida y salir de esta situación de maltrato ellas y las personas que dependen de ellas”
Para ello, la campaña, bajo el lema ‘No vivas atrapada, estamos contigo’, refuerza la divulgación de los recursos de que disponen las mujeres que sufren violencia de género, a través de llamadas telefónica al teléfono de atención personalizada del Gobierno de Cantabria 942 214 121, al 016 y al 112, además de la dirección de correo electrónico [email protected]. Por otra parte, en esta campaña se recuerda que las mujeres pueden dirigirse a sus centros de salud, a la policía, guardia civil, al ayuntamiento o a los servicios del Gobierno para recibir apoyo y atención y, en caso de residir en núcleos rurales, los profesionales del Ejecutivo autonómico se acercarán a su residencia.
“No podemos dejar a ninguna mujer atrás”, ha asegurado Zuloaga, que ha confirmado su compromiso con la disponibilidad de recursos de calidad para acabar con esta violencia, que se manifiesta de múltiples formas y se intensifica en mujeres con menos oportunidades, ya sean económicas, de acceso a servicios o porque ya no tiene energía tras años sufriendo violencia a diario.
Según los datos aportados por el vicepresidente, se estima que en Cantabria padecen violencia física el 1% de las mujeres, es decir, 2.605 mujeres en la Comunidad Autónoma. Además, la Macroencuesta de Violencia de Género estima que 3.646 mujeres podrían estar sufriendo violencia sexual (1,4%), cerca de 14.600 mujeres (5,6%) estarían soportando violencia psicológica en forma de humillaciones, insultos o amenazadas hacia ellas o hacían sus seres queridos, y se estima que 17.973 mujeres podrían estar siendo controladas por sus parejas sin dejarlas tener contacto con familiares o amigos, exigiéndolas informar de que hacen en cada momento o con conductas de celos continuos. Además, se cree que el 2,1% de las mujeres cántabras (5.470) sufren violencia económica impidiéndolas tomar decisiones sobre gasto o que trabajen o estudien fuera del hogar.
Cuatro ejes de la campaña
Junto a la existencia de recursos y apoyos institucionales, esta campaña también ha centrado su foco de atención en las mujeres víctimas que “por falta de oportunidades en su vida, situaciones de pobreza, violencia o abusos” caen en redes criminales que se lucran, explotándolas sexualmente, causando “un grave daño físico y psicológico a estas mujeres que en muchas ocasiones son invisibilizadas y olvidadas”.
El Gobierno con esta campaña quiere superar los obstáculos que dificultan el llegar a estas mujeres, por su dificultad de acceso a los recursos, su desconfianza hacia las instituciones, el desconocimiento a los derechos que las asisten, y además cambiar en el imaginario colectivo la demasiada y frecuente “normalización de la prostitución”.
La situación de las mujeres en el entorno rural ha sido otro de los puntos de atención incluidos en esta campaña. “Queremos acercar nuestros recursos a estas mujeres. Por eso, indicamos una y otra vez que los profesionales de nuestros centros especializados se pueden acercar a donde vivan estas mujeres para ofrecerles los recursos con que cuentan y hace valer sus derechos”, ha señalado el vicepresidente.
De acuerdo con los datos sociodemográficos del estudio publicado en 2019, las víctimas de violencia de género viven, en general, en entornos donde son habituales los modelos patriarcales, y las creencias sexistas y discriminatorias de género, tanto en las familias de origen de las víctimas como del agresor.
Así, un 47% de las mujeres consideran “machistas” a las familias de sus parejas o exparejas, y más del 80% de las mujeres entrevistadas hablan de la existencia de machismo generalizado en el mundo rural.
En cuanto a la duración de esta violencia, casi todas las mujeres entrevistadas han permanecido en las relaciones de maltrato una media de 20 años.
Un tiempo que en el caso de las victimas mayores de 65 años se eleva hasta los 40 años en el 40% de los casos. Por eso, estas mujeres son otro colectivo al que se dirige directamente la campaña.
Según un estudio cualitativo realizado en mujeres que han contado su situación, el 40% ha sufrido violencia de género durante más de 40 años y el 27% entre 20 y 30 años.
Entre las razones argumentadas para permanecer en la relación de pareja con el maltratador, el 35% ha admitido haber tenido miedo a que las mataran; el 32% ha manifestado que lo hizo por sus hijos e hijas; y el 13% ha señalado que no se admitían denuncias por este motivo.
“Por eso, insistimos en nuestra campaña que nunca es tarde para cambiar de vida, y que cerca de ellas, en su ayuntamiento, los servicios sociales, los profesionales de la salud las pueden escuchar y ayudar”, ha afirmado Zuloaga.