A partir de este lunes 25 de mayo, las 18 depuradoras de la región van a vigilar la presencia de restos de coronavirus en las aguas, tanto residuales, como en las de los ríos y las playas, coincidiendo con la entrada en vigor en Cantabria de la fase 2 de la desescalada que permitirá el uso de los arenales.
Para controlar la calidad de estas aguas, y especialmente de las destinadas al baño, además de la toma de muestras habituales y programadas a lo largo del verano, este año se va a añadir una muestra más que permita medir los restos de coronavirus, comprobar su concentración y analizar su evolución a lo largo del año. No obstante, desde la Consejería de Sanidad se envía un mensaje de tranquilidad, ya que la posibilidad de que lleguen resto del virus al agua de mar es "muy pequeña", por los propios sistemas de depuración que desactivan el Covid-19.
Los muestreos se realizarán en las 40 principales playas de la región, con 20 controles a la semana. Por su parte, en las aguas residuales se realizarán 40 análisis a la semana, lo que va a permitir ver la incidencia del coronavirus en la región. Así, en depuradoras como por ejemplo la de Vuelta Ostrera que recoge las aguas residuales de numerosos municipios de la comarca del Besaya, se analizarán las aguas que llegan a través de los distintos colectores para poder distinguir si se registran brotes epidemiológicos en alguna zona o municipio concreto cuyas aguas son tratadas en esta estación.
En esta iniciativa colaboran las consejerías de Obras Públicas, de Medio Ambiente y de Sanidad, que han firmado un acuerdo de intenciones para coordinar las medidas de control de la incidencia del COVID-19 en las aguas residuales y zonas de baño en la temporada estival que el Gobierno regional va a poner en marcha a partir del próximo lunes.
La campaña ha sido presentada hoy en una rueda de prensa por los consejeros de Sanidad, Miguel Rodríguez; de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, y de Medio Ambiente, Guillermo Blanco, y los tres han coincidido en destacar la importancia de esta iniciativa con la que se va a reforzar la realización de muestras y análisis que de manera habitual lleva a cabo el Ejecutivo, con 60 muestras semanales, entre las 20 que se llevarán a cabo en las playas y las 40 en las depuradoras de aguas residuales.
En el caso de las aguas de baño, el titular de Sanidad ha explicado que este año se incorpora una muestra más a las que habitualmente toma el departamento de Sanidad Ambiental de la Dirección General de Salud Pública entre junio y septiembre para medir la calidad de las aguas de baño y poder medir de esta manera la posible presencia del ARN del virus.
“Esto nos va a permitir ver que concentración hay y ver su evolución a lo largo de todo el verano”, ha señalado Rodríguez, quien ha precisado que la bibliografía que hay indica que las aguas de baño no suponen un riesgo de contaminación para contraer la enfermedad.
Dentro de la actividad programada ha explicado que se incluirá una toma inicial de muestras en cada playa al comienzo de la temporada y ocho tomas posteriores a lo largo del verano. Junto a esta actividad programada, también ha hecho referencia a posibles actuaciones ante la detección de situaciones anómalas, bien por la aparición de cuadros clínicos o por denuncias.
Por su parte, el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, ha explicado que las muestras que se van a realizar en las depuradoras de aguas residuales pretenden controlar la extensión de la pandemia durante el periodo estival, que coincidirá con la apertura de la actividad económica y la llega de habitantes de otras comunidades autónomas.
Al igual que el consejero de Sanidad, Gochicoa ha considerado que las posibles cantidades de presencia de virus en las aguas residuales que se puedan detectar con las muestras “va a ser baja o nula” y ha subrayado que esta campaña va a dotar de mayor seguridad y fiabilidad al seguimiento que se está realizando de la pandemia en Cantabria.
“Estos análisis nos van a permitir detectar incrementos de la concentración del virus en el agua y poder actuar con más eficacia a la hora de localizar un posible brote peligroso, pero lo más probable es que los niveles que detectemos sean bajos”, ha señalado Gochicoa.
Tal y como ha explicado, estos análisis permitirán, entre otras cuestiones, averiguar posibles incrementos del virus en el agua, así como el número de usuarios afectados por el COVID-19.
Finalmente, el consejero de Medio Ambiente, Guillermo Blanco, ha aplaudido la iniciativa conjunta que ha puesto en marcha tres consejerías del Gobierno de Cantabria en beneficio de la mejora de la calidad ambiental, la calidad de las aguas del litoral cántabro y la salud pública de la región.
Blanco ha agradecido el enorme esfuerzo que realizan los empleados públicos implicados en una campaña “que ha venido para quedarse”, y en especial, los cerca de 400 trabajadores que integran la empresa pública MARE a la hora de prestar un servicio básico y de calidad para los ciudadanos.
Campaña
En el caso de las aguas de baño en playas, la campaña consistirá en reforzar las muestras bacteriológicas que Sanidad Ambiental extrae anualmente en todos los arenales cántabros, con una muestra más para su análisis viricida. Todas ellas serán analizadas en el laboratorio de la Consejería de Obras Públicas, donde también se realizará el ensayo PCR correspondiente.
Además, personal de MARE tomará muestras en todas las 18 depuradoras que reciben aguas residuales de poblaciones con más de 2.000 habitantes. La toma se realizará antes y después de que los residuos ingresen en la depuradora, para que el laboratorio pueda comprobar los efectos del sistema de depuración sobre el virus.
El Gobierno establecerá comisiones de seguimiento periódicas para interpretar los resultados que se vayan obteniendo y proponer las modificaciones en el protocolo que correspondan.
A pesar de que los informes científicos consultados, como el del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), indican que la incidencia del virus en el agua del mar no debiera ser peligrosa, el Ejecutivo cántabro ha decidido comprobar su posible presencia en las playas, con el fin de garantizar la salud pública durante la temporada estival.
El riesgo de contaminación de playas se reduce de manera considerable en caso de que las aguas residuales sean tratadas de manera conveniente, ya que el cloruro sódico, un componente que interviene en el sistema de depuración, actúa como agente biocida eficaz contra el COVID-19.
Aguas residuales
Por otra parte, el Gobierno también pretende controlar la pandemia a través del seguimiento de las aguas residuales en el sistema de alcantarillado antes de que sean depuradas, con el objetivo de detectar posibles brotes antes de que la población experimente los síntomas de la enfermedad.
Para ello, personal de MARE extraerá aproximadamente 40 muestras semanales del sistema de saneamiento que cubre todas las zonas habitadas de la Comunidad Autónoma, incluidas las de mayor capacidad turística.
Al igual que ocurre con las aguas de baño en playas, el laboratorio de aguas encargado por la Consejería de Obras Públicas preparará la muestra para su análisis y realizará el ensayo PCR correspondiente.
En el supuesto de que una zona concreta presente aumentos considerables de concentración del virus, se dará aviso inmediato a la Dirección General de Salud Pública y a los ayuntamientos afectados, y se realizará un muestreo más particular de la zona en la propia red de alcantarillado municipal, para averiguar con más precisión la procedencia del virus.
Dado que el protocolo de gestión de estas estaciones de tratamiento de aguas incluye el control de las aguas de llegada y vertidas mediante la toma de muestras diarias de agua residual en entrada y salida, el sometimiento de las muestras tomadas a técnicas de análisis molecular basadas en tecnología PCR podrían ofrecer datos sobre presencia de material genético del coronavirus en sus zonas de influencia.
Los órganos participantes en la campaña serán la Dirección General de Obras Hidráulicas y Puertos, que facilitará los envases de recogida y se encargará de preparar las muestras y del análisis PCR correspondiente; la Dirección General de Salud Pública, que recogerá las muestras en el litoral o en las depuradoras, y la empresa pública MARE, que recogerá las muestras en las depuradoras y en los sistemas de saneamiento.
Ante cualquier posible positivo, se dará cuenta de manera inmediata a todos los órganos intervinientes en la campaña.