domingo. 22.12.2024

El yacimiento de Jarramaya, ubicado en el límite entre Torrelavega y San Felices de Buelna, ha sido estudiado en los últimos meses por los arqueólogos Javier Marcos y Lino Mantecón para determinar la época de esta estructura fortificada que se encuentra a escasos metros de La Fuente de las Palomas.

Las primeras investigaciones descartan que esta fortificación, como en un principio se apuntaba, pertenezca a la época romana. Este equipo de arqueólogos afirma que los restos encontrados  pertenecen al siglo VI Y VII y podría tratarse de un campamento bélico de la época visigoda. Unos años, que tanto Marcos como Mantecón han definido como una “época oscura” ya que apenas existe documentación sobre lo que sucedió en este periodo en la región.  

Protección del yacimiento
Tanto Javier Marcos como Lino Mantecón consideran "muy relevantes" los resultados obtenidos de cara al enriquecimiento del patrimonio cultural y arqueológico de la Comunidad Autónoma. Por ello sugieren que la fortificación del Jarramaya reciba la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) en base a que sus cualidades específicas "definen por sí mismas un aspecto destacado de la cultura de Cantabria".

La actuación desarrollada en el lugar ha consistido en la exploración del terreno, prospección electromagnética y realización de dos sondeos con sistemática arqueológica. Además, se han llevado a cabo labores de topografía, fotogrametría y fotografía aérea, así como otras de desbroce y limpieza vegetal.

El estudio apunta además que la fortificación de la cumbre del Jarramaya es una singularidad a escala del norte peninsular que abre un campo de investigación sobre este periodo de la historia de Cantabria y que se configura como uno de los muy escasos yacimientos arqueológicos al aire libre de la época. De confirmarse fehacientemente su identificación como campamento de campaña militar, se suscita una línea de investigación vinculada con las diversas campañas de hostigamiento del poder visigodo y de otros reinos por el control político de esta región cantábrica. Cabe mencionar, entre otras, la conquista de Cantabria y la toma de la capital Amaya por el monarca visigodo Leovigildo, en el año 574, o la campaña de sometimiento del rey Sisebuto (612-621), que, según las fuentes consultadas, llegó hasta orillas del mar, destruyendo algunas ciudades hasta sus cimientos.

Los autores consideran que el enclave puede ser interpretado como una 'clausurae' o pequeño castillo de control típico en este periodo histórico y, en ese caso, se podrían establecer conexiones con alguno de los recintos fortificados existentes en la Sierra del Dobra.

En la presentación de estas primeras investigaciones ha estado presente el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y los alcaldes de Torrelavega, José Manuel Cruz Viadero, San Felices de Buelna, Jose Antonio González Linares y  Puente Viesgo, Rafael Lombilla.

El presidente regional ha señalado que se trata de un yacimiento "muy valioso" y ha trasladado el apoyo del Gobierno de Cantabria a toda iniciativa científica orientada a este fin. Por su parte, José Manuel Cruz Viadero y José Antonio González Linares han puesto en valor la trascendencia del yacimiento y confían en que suponga un revulsivo de interés turístico y cultural que dé valor y protección a la Sierra del Dobra.

UNA FORTIFICACIÓN VISIGODA EN EL DOBRA