viernes. 26.04.2024

Un centenar de voluntarios han participado en la jornada de reforestación del entorno de la cueva de Altamira, para lo que se han utilizado utilizando especies que tratan de recrear el entorno natural del pasado de esta cueva.  Unos trabajos que, además, han permitido crear zonas de sombra y de frescor que ayuden a reducir el impacto de la temperatura exterior sobre la superficie de entrada y vestíbulo de la cavidad.

La vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, la directora del Museo Altamira, Pilar Fatás; el director de CIMA, Jesús García; el concejal de Santillana del Mar, Ángel Rodríguez y el presidente de la asociación cultural Bosques de Cantabria, Clemente Rasines, se han sumado a esta iniciativa, incluida en las actividades del Plan Provoca de voluntariado y educación ambiental "que sirven para incrementar la concienciación medioambiental entre la sociedad", destacó Díaz Tezanos.

La plantación, en la que ha colaborado el Museo de Altamira, responde a un cuidadoso diseño que pretende aunar criterios de conservación para la cueva y de adecuación paisajística del entorno.

La primera fase de este proyecto de ambientación paisajística se realizó en octubre de 2017 y sus buenos resultados, al haber arraigado prácticamente todas las especies sembradas, animaron a los organizadores a acometer esta nueva jornada de trabajo en la que se han completado los espacios que quedaron por replantar. 

Durante la jornada, se han plantado fresnos, alisos, robles, avellanos, arces, encinas o sauces, arbustos y líquenes, que facilitarán la recreación de un paisaje de gran valor ecológico que podría haber sido aquel en el que habitaron los grupos de cazadores-recolectores del Paleolítico superior.

Las especies elegidas, todas ellas procedentes del vivero forestal de Bosques de Cantabria, corresponden a variedades cuya presencia ha sido constada por estudios derivados de análisis polínicos y antracológicos de los yacimientos de Altamira, tras la excavación de 2002, así como de otros yacimientos cercanos como el de Cualventi en 2003; El Linar, en 2004, y el yacimiento de las Aguas en 2005.

Además de participar en la plantación, los voluntarios realizarán una visita al interior de la neocueva y al museo de Altamira, acompañados por unos guías que les han facilitado la posibilidad de descubrir cuáles eran las condiciones ambientales y el paisaje de este lugar hace decenas de miles de años. 

CIEN VOLUNTARIOS REFORESTAN ALTAMIRA