"SOLO LE DI TRES PUÑETAZOS. SI MIENTO, QUE SE MUERA TODA MI FAMILIA"
El principal acusado de la paliza mortal que terminó con la vida de un comerciante chino en La Inmobiliaria en 2015 asegura que acudió a este establecimiento a revender productos robados
"Yo solo le di tres puñetazos para defenderme, porque él me había golpeado en el cuello. Si miento, que se muera toda mi familia". Es parte de la declaración del principal procesado en el juicio que desde hoy se celebra en la Audiencia Provincial de Cantabria contra los tres acusados de dar una paliza mortal a un comerciante chino en La Inmobiliaria, en Torrelavega, en noviembre de 2015. En esta primera jornada de toma de declaraciones a procesados y testigos, los tres acusados se han autoexculpado como autores de la agresión, echándose las culpas mutuamente. Unas declaraciones que contradicen en parte las realizadas en Comisaría el día de la detención. Para cada uno Fiscalía pide 25 años de cárcel, además del pago de una indemnización a la familia de la víctima (viuda, dos hijos y sus padres) que supera los 250.000 euros.
Frente a la declaración del principal acusado, los otros dos (un chico y una chica), han negado que golpearan a nadie, han asegurado que permanecieron fuera de la tienda durante la pelea y que entraron solo para tratar de separar al primer joven, que se estaba "ensañando" con el dueño del negocio.
Por su parte, la viuda de la víctima ha culpado a todos ellos de lo ocurrido por igual, asegurando que los tres accedieron al local a la vez y que atacaron a su marido con puñetazos, golpes y patadas. Además, añadió que al tratar de defender a su esposo ella también recibió "una patada" del principal acusado, el único que sigue en la cárcel desde el día de los hechos.
En su declaración, este joven ha explicado que el día de los hechos se encontró con los otros dos acusados cuando se dirigía con una bolsa con productos -que había robado durante esa tarde en diversos establecimientos- a la tienda de la víctima, al que revendía los artículos sustraídos. Ambos decidieron acompañarle, aunque se quedaron fuera del establecimiento, en la calle, hablando con unos conocidos.
El principal acusado ha detallado que entró solo al local para realizar el "trapicheo", que puso la bolsa sobre el mostrador de la tienda y sacó los productos -entre los que había latas de conservas y tabletas de chocolate- por los que el comerciante chino le dio cinco euros. Disconforme con esta cantidad, el joven ha explicado que le devolvió el billete y comenzó a recoger los productos, momento en el que se inició el enfrentamiento. El detenido ha asegurado que fue el comerciante chino el que le golpeó primero "por detrás, en el cuello" a lo que él, al "temer un poco por mi vida", se defendió dándole "tres puñetazos".
Según su versión, fue al oír el "estruendo" cuando entraron sus dos compañeros. También en ese momento habría llegado al establecimiento la mujer del comerciante chino, que trató de defender a su marido. Este joven ha asegurado que los tres salieron acusados salieron del comercio sin llevarse nada.
Respecto a los golpes propinados a la víctima, que murió días después en el hospital como consecuencia de la paliza, el principal acusado ha afirmado que él ha participado en muchas peleas y que "con tres o cuatro puñetazos no matas a una persona"; que cuando salió de la tienda "estaba tirado en el suelo con los ojos abiertos" y que nunca pensó que se iba a morir. No obstante, ha aprovechado el final de su declaración para "pedir perdón" a la familia de la víctima. "Yo digo la verdad. Digo lo que es. Si miento que se muera toda mi familia", han concluido.
El juicio, que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Cantabria, está previsto que continúa mañana martes y el miércoles 7 de febrero con el resto de las testificales, exponiéndose las conclusiones y quedando listo para sentencia el jueves 8.