EL DERBI CÁNTABRO DEL BALONMANO TERMINA EN TABLAS
1.900 aficionados animaron a sus equipos en un partidazo que llenó el Vicente Trueba
El Balonmano Torrelavega y el DS Autogomas Sinfín hicieron un favor al balonmano cántabro con un partidazo antológico que terminó en tablas. Ambas escuadras se vaciaron sobre el parqué de un Vicente Trueba que congregó a 1.900 aficionados.
La diferencia de estilos y la lucha por imponer el ritmo de juego que más le convenía a cada equipo quedo patente desde el primer minuto. Exactamente igual que la tensión que aplicaban ambas defensas a la hora de guardar su portería. Nico Colunga puso en pie al Trueba por primera vez con una finta que habilitó al canterano para marcar el 2 – 1. Los naranjas volaban sobre el parqué mientras que los santanderinos se lo tomaban todo con mucha más calma.. Los de Soto defendían 5 – 1, con un Colunga que salía hasta el circulo central a buscar a Valles. Con el cerebro del DS Autogomas Sinfín desactivado y una férrea vigilancia sobre Lon, los locales recuperaron tres pelotas seguidas. Marcos Dorado hacía el 4 – 2 al culminar una transición eléctrica de los cántabros. Sin embargo, un exceso de aceleración en algunas acciones y una parada antológica de Villamarín privaron a los de Soto de darle la primera dentellada al derbi.
El partido iba al ritmo que le interesaba a los de casa y José Carlos Hernández no tardó en aprovecharse de la situación. Dos dianas seguidas del asturiano lanzaban a su equipo y provocaban el cambio de portero en el equipo capitalino. Lejos de amedrentarse, los de Reñones respondieron a lo grande. Un parcial de 0 – 3, con exclusión clara de Saúl Campo. La defensa visitante crecía gracias al parcial y los naranjas vieron cortada la fluidez del inicio. El dominio del choque se había teñido de azul. Más aún cuando Ibáñez desviaba todos los intentos torrelaveguenses por igualar el tanteo. El primer despiste de la zaga local en la marca de Lon se convirtió en el 7 – 9.
Con la igualdad restablecida y Nico Colunga en la posición de avanzado de nuevo, el Balonmano Torrelavega no tardó en recuperar sensaciones. Colunga fusiló a Ibáñez en una contra y el Trueba saltó del asiento pidiendo un poco más a los suyos. Sin embargo, en el tramo final del primer acto, el BMT no pudo provechar una exclusión de Herrero para alcanzar a un DS Autogomas Sinfín que vivía de los goles de Pla. Un pase teledirigido de Valles para Lon dejaba solo al pivote para marcar el 11 – 14. Asi, con una mano milagrosa de Salvarrey mediante, se llegó al intermedio.
Con las ideas renovadas y un Dalmau Huix hiperactivo, el Balonmano Torrelavega igualó el partido en cinco minutos. Poco importó en que esa fase estuviese con un jugador menos. Huix provocó dos faltas ofensivas consecutivas y su equipo se lanzó a tumba abierta a por el DS Autogomas Sinfín. El propio lateral catalán fue el encargado de empatar un partido que bullía en intensidad y buen balonmano.
Murillo Araújo, que tras el desacanso sustituyó a Pablo Salvarrey, no tardó en hacerse notar en el derbi. El carioca detuvo un penalti a Valles que impedía el despegue santanderino. Tras sobreponerse a una nueva exclusión, en este caso de Vicente Benito, el equipo de Soto estaba dos por detrás, 15 – 17. El partido tenía tensión al máximo y cada equipo jugaba sus armas con eficacia. El ritmo pausado de DS Autogomas Sinfín desesperaba al Vicente Trueba. Los cruces de Amarelle, también. El lateral zurdo marcó tres tantos consecutivos que encontraron réplica inmediata en las transiciones locales. José Carlos Hernández, con un gol de prestidigitador, ponía el 19 – 20.
El partido se movía en pequeños detalles. Aspectos como una pelota que se le escurre a Pla y José Carlos Hernández transforma en una contra que igualaba a 22. Tras el tiempo muerto de Reñones, el Trueba puso su granito de arena para espolear a un Balonmano Torrelavega que crecía con el paso de los minutos. El pabellón era un hervidero en el que Genio González fabricó una exclusión de Nacho Valles. Ramiro Merino se colgó del techo para empatar pero el DS Autogomas Sinfín seguía sumando. Aún con uno sobre la pista, los de Reñones mantenían la iniciativa en el marcador.
El tramo final del choque llegó con las dos escuadras empatadas a 24. Los de Soto tuvieron tres opciones para tomar la delantera en el marcador pero Ibáñez sacó dos pies portentosos y las prisas hicieron el resto. El Balonmano Torrelavega se guarneció en un 6 – 0 que cortocircuitó levemente el ataque visitante. El miedo a perder se adueñó del choque. Justo en ese momento, en el que se deciden los partidos, Murillo Araújo detuvo cuatro balones seguidos. Uno de ellos con la cara a lanzamiento a bocajarro de Amarelle.
Tras una galopada imperial, Dalmau Huix hacía el 26 – 25. Hacía falta una defensa y el Trueba lo sabía. El pabellón recuperó el ambiente de antaño. Ese con el que se forjó el apodo de la “Bombonera del Cantábrico” para llevar a su equipo en volandas. Así, el BM Torrelavega recuperó la pelota y provocó la exclusión de Amarelle en la transición. Parecía hecho pero el lanzamiento de Vicente Benito no encontró malla y el DS Autogomas Sinfín recuperó la opción para empatar. Quedaban 56 segundos.
Tras varios intentos abortados por la zaga local, Tasumovic fusilo a Murillo desde lejos. Quedaban 17 segundos y el Balonmano Torrelavega tenía una pelota para ganar frente a un rival en inferioridad. El conjunto local pensó bien, ejecutó de libro y puso la pelota en el extremo. Lamentablemente el lanzamiento de Vicente Benito, con Samuel Ibáñez batido, se estrelló en la madera.
El empate deja al Balonmano Torrelavega dos puntos por delante del DS Autogomas Sinfín y con el golaverage ganado al equipo de Reñones. Pero sobre todo deja una ciudad encandilada con su equipo y una grada deseando de ver más balonmano.