ARCA CONSIDERA UN "DESPROPÓSITO" CONSTRUIR LA DEPURADORA EN LA ISLA DE SOLVAY
Este colectivo, cuya denuncia derivó en la sentencia de derribo de Vuelta Ostrera, afirma que este emplazamiento es terreno altamente contaminado, inundable y, además calificado como conector litoral de ecosistemas fluviales
Arca ve "un despropósito" que la estación depuradora alternativa a la de Vuelta Ostrera se ubique en la conocida como Isla de Solvay, en Polanco, por lo que ha trasladado al Ministerio para la Transición Ecológica su "decepción" ante el documento que ha presentado con esa propuesta.
La asociación ecologista fue quien denunció la construcción de Vuelta Ostrera y pidió su demolición, que estimó, en sentencia firme, el Tribunal Supremo en 2005, por lo que se comenzó una periodo de negociación con el Ministerio -tras la solicitud de ejecución de sentencia- sobre un organigrama para tener construida una alternativa a esa depuradora antes de tirar la ejecutada.
Arca recuerda que propuso al Ministerio dos alternativas: una en unos terrenos de Hinojedo (Reocín) que usa parcialmente Azsa para almacenamiento, y otra en el puerto de Requejada (Polanco), junto a otros usos industriales.
"El documento de adenda del Ministerio, aunque valora todas las ubicaciones propuestas por Arca y otros, opta por elegir como menos nociva la situación en la Isla de Solvay, donde propone una solución de EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) compacta con emisario submarino", ha afirmado Arca.
La asociación conservacionista lamenta este "infructuoso debate" después de casi 15 años -en referencia al tiempo que lleva dictada la sentencia del Tribunal Supremo- y critica "los endebles argumentos que utilizar (el Ministerio) para desechar todas las propuestas y optar por lo que consideramos un despropósito de solución".
"La ubicación elegida en la Isla de Solvay no nos parece idónea y rechazamos de pleno los argumentos que el documento presenta para avalar la elección", subraya Arca.
La organización explica que esa ubicación está situada en la confluencia de los ríos Caabo y Saja, que es un "entorno de gran valor ambiental, si no se hubiera utilizado como almacén de material por la empresa Solvay".
También añade que ese suelo elegido requeriría un estudio hidráulico de detalle para determinar con exactitud los límites de inundabilidad y la altura que podría alcanzar la lámina de agua, un informe que también tendría que incluye los efectos que el cambio climático puede ocasionar en las zonas litorales, según Arca.