Más de 100 personas evitan por el momento la devolución de cinco vacas "maltratadas" a su propietario
Las vacas fueron rescatadas en 2022 por el SEPRONA al encontrarse en estado de desnutrición, encadenadas y en condiciones "extremadamente precarias", pero el juzgado determinó que este 15 de enero se devolviesen a su propietario
Más de un centenar de personas se han concentrado este miércoles a las puertas del refugio animal de La Manada Cántabra, en Oruña de Piélagos, algunas incluso encadenadas, en protesta por la orden judicial para devolver cinco vacas "maltratadas" a su dueño, lo que ha sido evitado de forma momentánea.
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) ha acudido esta mañana al refugio con un camión preparado para llevarse a los animales, pero ha abandonado el lugar ante la negativa de los concentrados a gritos de 'Estas vacas no se tocan' de dejar libre la carretera de acceso al refugio.
El SEPRONA informará al juzgado de la imposibilidad de llevarse a las vacas por la gente concentrada y pedirá instrucciones y éste tendrá ahora que decidir qué hacer y si vuelve a intentar la entrega; cuestión que los responsables del refugio creen que podría aplazarse más allá de este miércoles.
En el lugar se han dado cita representantes de santuarios de animales y colectivos no solo de Cantabria, sino también de Sevilla, Madrid o Galicia, para hacer fuerza e impedir que los animales abandonaran el lugar.
Consideran que lo de hoy ha sido "una pequeña victoria", aunque estarán atentos a lo que suceda.
LOS CINCO ANIMALES FUERON RESCATADOS EN 2022
Las cinco vacas fueron decomisadas a su propietario en 2022 por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil al encontrarse en estado de desnutrición, encadenadas y en condiciones "extremadamente precarias".
El santuario ha cuidado durante estos tres años de los animales, que denuncia que vivían "entre máxima suciedad y total oscuridad" y estaban "al borde de la muerte", pero el Juzgado de Instrucción n° 1 de Medio Cudeyo determinó que debían devolverse a su dueño.
La Manada Cántabra hizo un llamamiento a la sociedad para acudir a Escobedo a las 10.00 horas y "generar la presión social necesaria para revertir esta solución". Y es que, en su opinión, la decisión judicial de que las reses vuelvan con su dueño supone "condenarlas al matadero de forma inminente", después de que en estos tres años han sido "rehabilitadas y cuidadas".